lunes, 20 de junio de 2016

mal.

Todos tenemos una mala tarde, una mala noche, una mala semana, una mala racha. Al final todos nos acostumbramos a que nuestra vida se compone de rachas, unas buenas y otras no tanto. Y claro, no es agradable que cuando viene una mala racha, sentirte sola, porque piensas que cuando los demás la tienen, tú estás ahí para los demás. El problema viene cuando tú tienes una mala racha, y para que no afecte a nadie más, te lo calles; para que los que están siempre a tu lado no se pongan mal, dices que todo está bien. Pero llega el momento en el que no puedes callar más, no puedes seguir diciendo que todo está bien, porque no lo está. Y en ese momento, no sabes como decir que, aún estando mal, no quieres que te ayuden, no quieres que te apoyen, no quieres nada de nadie, porque lleva mucho tiempo luchando sola, y tienes que conseguirlo. Que no quieres que a nadie más le afecte toda la mierda que tienes encima. Y como de la nada se te crea una coraza. Esa coraza en realidad no te protege de nada, ni de nadie. Lo único que haces es hacer daño a la gente que quieres, te quiere y te pretende ayudar. Dices cosas que en el fondo no piensas, haces creer que todo te da igual cuando sabes que no es así, pero ya no puedes parar, porque esa especie de coraza es más fuerte que tú. Lloras. Tu cara acaba roja y tus ojos hinchados. Y saber que la persona que está al otro lado del teléfono, intentando ayudarte, está mal, te hace estar peor. Como todo el mundo, esa persona que tanto lucha por ti se cansa, y cuando tu más necesitas que te digan un simple ''te quiero'', es cuando empiezan a soltar todo lo que llevan callado para no hacerte daño. Y lo entiendes, claro que lo entiendes, pero te callas, no puedes decir nada, porque sabes que en el fondo es todo tu culpa y te lo mereces.
Y entonces te da por pensar, y es que quizá todo lo que ha pasado es que lo mereces, quizá haya sido todo y merezcas más. Quizá ya no mereces más oportunidades, ni que te perdonen más veces, porque hasta tú misma te has cansado de perdonarte. Quizá ya es tiempo de acabar con todo, porque sino, todo va a acabar contigo, y lo que es peor, va a acabar con la gente que te quiere y te quiere ayudar.

lunes, 23 de mayo de 2016

magia, 14.

Tienes esa magia en la mirada que me hace no poder mirar a nadie más, esa magia en los labios que me hace extrañarlos cuando no los puedo besar, esa magia en las manos para recorrer mi cuerpo y hacerme volar...
Y es que no hay nada más mágico que estar a tu lado, porque magia, eres tú.

viernes, 13 de mayo de 2016

Mir(arte), 14.

Piénsame esta noche, cuando oscurezca. Sienteme en tu cama, mordiendote los labios y comiendote la boca. Sientete entre mis piernas, entre mis manos. Aprietame con fuerza hacia ti y no me sueltes.
Atrapame entre tus sabanas. No me dejes escapar. No me dejes respirar siquiera. Coge lo que te pertenece, y lo que no también.
Hazme lo que quieras, pero hazmelo.
Y haz que nada más suceda. Que se pare el mundo, menos nosotros. Que lo de afuera deje de importar.
O seamos nosotros los que paremos y dejemos al mundo continuar deprisa y sin sentido. Quedemonos quietos, el uno sobre el otro, en absoluto silencio. Quedemonos en absoluta soledad compartida. En intimidad mutua.
Y no digas nada, solo mírame y piénsame.

viernes, 6 de mayo de 2016

Bonita.

¿Has escuchado que existen figuras que les queda mal el bikini? Pues es una mentira.
No existe la noción de ''figura ideal''. Es un hecho incuestionable, cualquier cuerpo es hermoso. ¿Y las curvas? ¡Son fantásticas! Cada mujer es bella a su manera. No importa la estatura, no importa la talla. Porque la verdadera belleza no conoce límites.
Hay una regla sencilla: ámate a ti misma, acéptate tal como eres. Cualquier mujer es impecable, todas son hermosas. Todos somos bellos. Porque la belleza es como te sientes.

Y yo soy la afortunada que, después de todo lo vivido y de todo lo sufrido, hace que me vea bonita cada vez que me veo reflejada en esos ojos verdes.

Catorce.

El himno de mi vida dice que viva mi sueño.

Yo vivo esa sonrisa.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Gracias por haber llegado a abrigarme el corazón…

Llegaste sin avisar, como cuando llega el invierno y te sorprende antes de tiempo; pero llegaste como una llama a encender mi corazón, sin necesidad de acercarte mucho lograste darle calor con la dulzura de tus besos. Te presentaste con esa sonrisa coqueta que derrite a quien la ve, me miraste y sin decir nada comenzó lo que no creí construir a tu lado.
Apareciste de la nada, con pasos silenciosos caminaste hacia mí, notaste mi soledad y no hizo falta pedir que te quedaras, porque cuando menos lo pensé ya estabas muy dentro de mi vida.
Gracias por abrigarme el corazón, porque fue entonces cuando entendí el porqué todos mis pasados no permanecieron en mi presente.
Fue tu abrazo que me arrulló el alma para hacerme entender que no fue en vano mi camino de soledad y frío durante tantos inviernos, porque llegaste justo a tiempo.
Gracias porque después de tantas y tantas decepciones vi la luz al final del camino, porque después de tantas lágrimas derramadas, llegaron las sonrisas sinceras, se presentaron los “te amo” interminables a tiempo y a destiempo.
No fue necesario que terminara el invierno porque con tu llegada ya había sentido la primavera, que no se fue desde entonces. Me abrigaste el corazón cuando más lo necesitaba y no faltó un abrigo o una fogata debajo del frío, sólo tus brazos y tu amor le devolvieron el calor que lo hizo latir de amor por ti.
Gracias por abrigarme durante el frío y devolverle la sonrisa a la tristeza que había olvidado como sonreír. Fuiste tú quien le dio sentido al pasado, porque fue con tu llegada que entendí que había vivido toda mi vida con las manos vacías.

Y es ahora que estás aquí, que ya no tengo por qué sentir frío; me abrigaste el corazón y te lo agradeceré toda mi vida.


viernes, 22 de abril de 2016

Inexplicable.

No estaba en mis planes conocerte, la suerte no soplaba a mi favor. Había tropezado tantas veces con piedras, con mentiras, con traición.
Vivía navegando en la tristeza y mi amargura se volvió el timón. De pronto apareciste por sorpresa y la tormenta desapareció.
Será que hice algo bueno en esta vida que te trajo a mi, lo que yo pedía. Tal vez allá en el cielo alguien me cuida y me llevo hasta ti, contigo soy feliz.
Inexplicable. Inexplicable el amor porque de pronto te transforma el corazón; inexplicable como dos almas se encuentras, como yo llegué a tu puerta y como un beso nos salvó. Inexplicable como es que, al fin, llega el amor.
14122015-